Las gachas son muy tradicionales en Andalucía, pueden comerse en cualquier época del año aunque es más apropiado en otoño e invierno, siendo el día de todos los santos una fecha señalada para comerlas. Son económicas, fácil de hacer y están deliciosas.
Gachas |
Existen numerosas variantes y las que vamos a hacer hoy son un
postre que pueden comerse lo mismo calientes o frías en ambos casos están muy
buenas y podemos elegir como queremos comerlas. La elaboración la vamos a
realizar de acuerdo con la receta que a continuación se describe.
Gachas |
INGREDIENTES:
500 ml
de leche entera
Un
trozo de cáscara de limón
3 gr de
anís en grano
40 gr
de harina de repostería
100 gr
de azúcar
Pan
para los coscurros
Canela
molida
Aceite de oliva suave
ELABORACIÓN:
Ponemos
una sartén al fuego con aceite de oliva para freír el pan que previamente hemos
cortado en cuadrados más bien pequeños. Una vez fritos los ponemos sobre un
papel absorbente para eliminar el exceso de aceite y los reservamos.
A continuación ponemos una cacerola en el fuego a la que añadimos 30-40 ml de aceite de oliva y añadimos los granos de anís y la cáscara de limón.
Cuando vemos que la cáscara está frita, quitamos la sartén del fuego y colamos el aceite para eliminar los granos de anís.
Limpiamos bien la cacerola y la volvemos a poner al fuego con el aceite colado. Añadimos 400 ml de leche y el azúcar y esperamos a que empiece a hervir. A los otros 100 ml de leche le añadimos la harina y mezclamos muy bien procurando que no quede ni un solo grumo, colando la mezcla si es necesario.
Una vez que arranca a hervir la leche que tenemos en el fuego le agregamos la mezcla leche-harina y removemos constantemente a fuego bajo-moderado hasta que espese. Apartamos la cacerola del fuego y vertimos las gachas en los moldes donde vayamos a servirlos.
Espolvoreamos con canela molida y colocamos encima unos cuantos de coscurros de pan.
Ya tendremos las gachas listas para comer si las preferimos calientes, y si las queremos frías las metemos durante 1 hora en el frigorífico.
A continuación ponemos una cacerola en el fuego a la que añadimos 30-40 ml de aceite de oliva y añadimos los granos de anís y la cáscara de limón.
Cuando vemos que la cáscara está frita, quitamos la sartén del fuego y colamos el aceite para eliminar los granos de anís.
Limpiamos bien la cacerola y la volvemos a poner al fuego con el aceite colado. Añadimos 400 ml de leche y el azúcar y esperamos a que empiece a hervir. A los otros 100 ml de leche le añadimos la harina y mezclamos muy bien procurando que no quede ni un solo grumo, colando la mezcla si es necesario.
Una vez que arranca a hervir la leche que tenemos en el fuego le agregamos la mezcla leche-harina y removemos constantemente a fuego bajo-moderado hasta que espese. Apartamos la cacerola del fuego y vertimos las gachas en los moldes donde vayamos a servirlos.
Espolvoreamos con canela molida y colocamos encima unos cuantos de coscurros de pan.
Ya tendremos las gachas listas para comer si las preferimos calientes, y si las queremos frías las metemos durante 1 hora en el frigorífico.
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