Hoy vamos a tratar de explicar lo mejor que sabemos, como cocer un pulpo correctamente. El pulpo es muy duro por lo que hay que tratar de romper las fibras para que una vez cocido esté blandito.
Antes de existir los congeladores los pulpos se golpeaban fuertemente contra las rocas o una superficie dura para así romper las fibras.
Hoy en día esa labor la hace la congelación, ya que el agua interior del animal al congelarse se dilata, y esa dilatación es la responsable de la rotura de las fibras.
Existe la opción de comprar el pulpo fresco o congelado. Si es fresco lo congelamos durante 2-3 días y si es congelado nos evitamos ese paso.
Pulpo cocido |
El día antes de su consumo lo sacamos del congelador y procedemos a descongelarlo lentamente introduciéndolo en el frigorífico.
Una vez descongelado es el momento de cocerlo, para lo cual ponemos un recipiente adecuado en el fuego con agua. Cuando esta empieza a hervir, hacemos lo que se llama asustar al pulpo, sujetándolo por la cabeza lo introducimos en el agua durante unos 10 segundos aproximadamente, repitiendo el proceso durante 3 veces y a la cuarta ya lo dejamos sumergido.
Esto se hace porque al contacto con el agua hirviendo la piel se contrae y al hacerlo poco a poco la contracción también es poco a poco y así evitamos que la piel se rompa y el aspecto del pulpo sea mucho mejor.
El tiempo de cocción depende del tamaño y peso del pulpo, estimándose unos 20 minutos por cada kilo de pulpo.
Transcurrido el tiempo, lo pinchamos y si no ofrece resistencia a la aguja es que está tierno y listo para sacarlo. Si fuese necesario lo dejamos cocer unos minutos más.
Lo sacamos, esperamos a que enfríe y ya tendremos listo el pulpo para cocinarlo de muy distintas formas, y de cualquiera de ellas está delicioso.
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